CAYÓ LA PRODUCCIÓN DE HUEVOS Y EL PRECIO AUMENTÓ CASI UN 65%

El valor del dólar y la sequía impactaron en el costo de los insumos. A la vez, el porcentaje de posturas bajó por las altas temperaturas.

El huevo es un alimento popular en los hogares, por su alto valor proteico y sus cualidades nutritivas. En promedio, en Argentina cada persona consume 274 unidades por año. Entre Ríos es una de las principales productoras, representando un 33% del total del país. En este marco, el director de Ganadería Ovina, Porcina y Avícola de la Secretaría de la Producción de la Provincia, Héctor Leonardo Schell, señaló que existen unas 320 granjas para postura: “La producción de huevos de mesa se concentra en el Departamento Paraná, destacándose una región productiva en la jurisdicción de Crespo y aldeas aledañas. Y en la costa del río Uruguay y centro de la Provincia, se asientan establecimientos de importantes volúmenes de producción, que en conjunto posicionan a Entre Ríos en el segundo lugar de la producción de huevos de consumo del país”, dijo al respecto.
No obstante, en los últimos meses hubo una serie de factores que afectaron la actividad y la caída de la producción impactó con fuerza en el precio.
Diego Seimandi, gerente comercial de la firma de Crespo Tecnovo que industrializa huevo líquido y en polvo, abasteciendo al mercado nacional y también exportando a Japón y a países de la Comunidad Europea, señaló: “Según el informe de la Cámara Argentina de Productores Avícolas, en lo que va de este año el huevo subió un 63,5%. Hay faltante por varios factores y esto influyó para que se incrementara el precio”.
Al respecto, comentó: “Repercutió el aumento del dólar, ya que hay muchos insumos que están en esa moneda, más que nada lo que es vitaminas y vacunas, entonces eso eleva el costo de la granja. También está el tema de las altas temperaturas que hemos tenido durante enero y febrero y que generaron que la gallina coma menos, tome más líquido y por ende baja el porcentaje de postura; eso provoca en el día a día una menor producción. Por otra lado, por la sequía que estamos teniendo el cereal aumentó bastante, sobre todo lo que es soja y maíz, que son los ingredientes principales del alimento balanceado”.
Seimandi se refirió asimismo a otra cuestión importante que también provocó una baja en la producción: “A estos factores se suma que el productor en esta época realice un replume, que significa dejar de proporcionarle alimento a la gallina por un período, que suelen ser unos 30 días, y solamente le da agua y vitamina, entonces no pone huevos en ese tiempo, pierde las plumas, y después vuelve a comenzar el ciclo de postura. Esto genera alargar el ciclo de postura de la gallina”. Sobre este aspecto, puntualizó: “Hay una curva de postura que comienza desde que la gallina es bebé. Son 120 días comiendo y luego empieza a poner huevos chiquitos, hasta que llega a un máximo de postura con un huevo grande pero en menor cantidad y ya no es tan rentable. Por eso se hace el replume”.
Acerca del comportamiento del precio durante los dos años anteriores, apuntó: “El año el huevo pasado tuvo una suba en febrero o marzo, después bajó y se mantuvo con el mismo valor durante todo el año. Y en 2016 tuvo un aumento importante en abril, después bajá un poco y se mantuvo durante todo el año. Un aumento brusco como el de ahora hace mucho que no se producía”, dijo a UNO, y agregó: “Además estamos en una época de alto consumo, porque antes de las Pascuas las industrias necesitan más huevo para los productos, se incrementa la demanda y esto también influye en su precio”.
Por su parte, Matías Dubs, un pequeño productor de la zona rural de Nogoyá, coincidió en que la faltante de huevos se debe a que “hubo mucho replume y muy poca reposición de gallinas viejas porque hubo dos años malos”. En este sentido, indicó: “Ahora el precio del huevo se está más o menos nivelando, pero estuvo dos años estancado, mientras los insumos subían. Había mucha producción para lo que es el mercado interno y estaba saturado. Ahora el precio del dólar hace que haya más exportación y por ende los grandes productores venden más a las industrias que elaboran huevo líquido o en polvo y lo ubican afuera”.
Sobre el valor de mercado actual, comparó: “Ahora el cajón de huevos de color se vende a 700 pesos, cuando antes estaba a 430 en promedio. Un cajón trae 12 maples de dos docenas y media cada uno. El blanco debe estar como 650 pesos y estaba a 350 a 400 pesos anteriormente”. No obstante, aclaró: “No es que subió el precio y nosotros ganamos más, porque el maíz aumentó, el precio de los insumos también subió porque está en dólares. Si ahora no aumentaba el precio del huevo hubiésemos estado peor”.
Dubs, que a sus 26 años ya lleva una década dedicándose a esta actividad, contó que se levanta a las 6 de la mañana, incluso domingos y feriados, y que a veces sigue de largo hasta las 10 de la noche para sostener el circuito de producción.
Además de vacunar los pollitos bebés para prevenir una serie de enfermedades, dar de comer a una población de 10.000 gallinas en sus galpones y recolectar 600 docenas de huevos por día junto a un empleado y a veces con la ayuda de sus padres, el joven emprendedor se ocupa de elaborar el alimento: “Tengo un tractor y fabrico todo medio casero con una mezcladora, es complicado y capaz a los productores grandes el trabajo se les achica un poco más, pero yo como soy un productor chico, si no fabrico el balanceado y lo tengo que comprar, no me cierran los números”, aseveró.
En su caso, no cuenta con galpones automáticos porque en la zona donde vive no llega la luz trifásica. “Tengo galpones comunes porque solo hay monofásica. Estoy peleando para que me la lleven, porque esto significaría poder crecer, pero no hay caso, así que sigo casi de manera artesanal”, lamentó.
Por último, contó que una ponedora empieza a producir aproximadamente a los cinco meses de vida y tiene un ciclo de utilidad de dos años, tras lo cual reponerla tiene también su costo. Para poder tener un margen de ganancia un poco más aceptable, Dubs afirmó que trata de evitar los intermediarios y le vende directo a los comerciantes y a los vecinos. “Al mercado hay que ir buscándolo. Si me queda excedente viajo incluso hasta Rosario y otras ciudades para tratar de ubicar todo y defender mi negocio”, concluyó.
En la góndola
En los supermercados se pueden encontrar ya remarcadas las cajas de media docena o por mayor cantidad. En los almacenes más pequeños también: “El huevo aumentó hace unos 10 días un 40 o 45%. Subió demasiado. Nosotros vendíamos la docena a 28 pesos y ahora la tenemos a 34 pesos. Por ahí tendría que haberlo subido más, pero como está la situación hay que cuidar las ventas. Tenemos el maple del huevo número 2, que es el más común, a 60 pesos”, comentó a UNO Valentín Ramos, propietario de una negocio de alimentos regionales de calle 9 de Julio, en Paraná. A su vez, sostuvo que en su caso no tuvo faltante: “Depende de la relación que uno tiene con el proveedor. Te guardan porque sos buen cliente”, aseguró.
A solo dos cuadras, en calle 25 de Mayo, un almacenero explicó a una clienta: “Por ahora no tengo huevos y no sé cuándo voy a volver a traer, porque el cajón pasó de costar 500 pesos a 800. Hacía más o menos dos años que no subía y ahora el precio se incrementó de golpe”.

Fuente: www.unoentrerios.com.ar

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