GANADERÍA: COMO ARMAR DIETAS PARA CONTRARRESTAR EL ESTRÉS CALÓRICO

Lance Baumgard, especialista norteamericano, estuvo en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires donde brindó detalles y recomendaciones referidas a la alimentación del ganado en épocas de cambio climático.
En Argentina y en todo el mundo, la ganadería ocupa cada vez más áreas tropicales y subtropicales, lo que genera un enorme desafío, ya que son las zonas en las que más se está sintiendo el calentamiento global.

En ese sentido, una de las estrategias para contrarrestar el impacto negativo que el calor puede tener en los animales, es elaborar dietas ricas en minerales, como potasio y zinc.
Así lo consideró un especialista de la Universidad de Iowa (Estados Unidos), Lance Baumgard, durante un curso de posgrado realizado en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
Inconvenientes
Baumgard dialogó con el sitio de divulgación científica “Sobre la Tierra” de Fauba y explicó que “el estrés por calor es un problema económico grave para los productores y para los países. Tanto las vacas lecheras como las de carne, los cerdos, las cabras, las ovejas, las gallinas y los pollos sufren el exceso de calor”.
El efecto que produce es que “disminuye marcadamente las tasas de crecimiento, por lo cual todos los parámetros de importancia económica para el productor decrecen. Además, los animales sufren malestares y hasta, incluso, pueden morir”.
“En este sentido, es clave reducir el estrés calórico durante el verano, ya sea a través de instalaciones, de aumentar el área sombreada o de la dieta”, manifestó Baumgard.
Más potasio
En concreto, consideró que “el manejo de la dieta para disminuir los efectos del estrés calórico es particularmente importante en países como la Argentina, donde la ganadería se lleva a cabo, en gran medida, de forma extensiva”.
“En estos sistemas de producción, los animales están expuestos a la radiación solar durante mucho tiempo, dada la baja proporción de superficie con sombra por montes forestales o instalaciones específicas”, amplió.
El investigador recordó que los animales cambian su comportamiento para tolerar el estrés térmico y que, al mismo tiempo, experimentan cambios en su metabolismo. Cuando la temperatura ambiental es elevada, el ganado comienza a transpirar, que es su mecanismo natural para mantenerse fresco. Pero la transpiración excesiva produce pérdidas sensibles de potasio, un elemento que le permite regular las pérdidas de agua.
Así, si el ‘recalentamiento’ prosigue, los animales se deshidratan y sufren diversos problemas orgánicos. Por eso, las dietas ricas en potasio permiten que los animales transpiren normalmente y se mantengan frescos en períodos de altas temperaturas.
Incorporar zinc
Respecto al zinc, dijo que es “esencial para el funcionamiento normal de los intestinos de los animales. El estrés por calor durante el verano hace que el tracto intestinal sea más permeable a sustancias tóxicas y que se produzcan inflamaciones y otros trastornos asociados”.
“Por eso, insisto en que para un sistema de producción como el argentino, el manejo más adecuado pasa por la alimentación. Una dieta con alto contenido de zinc es la mejor estrategia para luchar contra el estrés térmico”, sintetizó.

Fuente: www.ellitoral.com.ar

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