Parámetros a evaluar en la recría de pollos parrilleros para asegurar crianzas óptimas

La producción avícola intensiva actual exige un manejo minucioso de manera de poder asegurar crianzas óptimas tanto en lo económico-productivo como en lo ético, garantizando que el producto obtenido sea de buena calidad en materia de inocuidad y seguridad alimentaria.

La producción avícola intensiva actual exige un manejo minucioso de manera de poder asegurar crianzas óptimas tanto en lo económico-productivo como en lo ético, garantizando que el producto obtenido sea de buena calidad en materia de inocuidad y seguridad alimentaria.
Para esto, durante la crianza es importante controlar tres tipos de variables dentro del galpón: productivas, de confort y ambientales.
Dentro de las variables productivas, el peso y uniformidad del lote, el consumo y conversión alimenticia, el porcentaje y causas de descartes y la mortandad son indicadores de bienestar animal.

Peso y uniformidad son reflejo de la curva de crecimiento y por lo tanto indicadores del bienestar general del lote. Tanto el consumo de alimento como la conversión alimenticia en kilos de carne, proporcionan una idea del estado de salud intestinal y de las posibilidades que tuvieron las aves de expresar su potencial de crecimiento.

Por su parte, el porcentaje y causas de descartes serán signos indicativos de problemas asociados entre otras cosas, a la cantidad y distribución de implementos, así como al estado de la cama o la contaminación amoniacal del ambiente. La mortandad es un indicador de estrés extremo sufrido por los animales y que no fueron posibles de revertir a tiempo.

Entre las variables indicadoras de confort en el alojamiento de las aves se encuentran: la densidad de aves, la cantidad y
distribución de los implementos, estado de la cama y enfermedades comunes como coccidiosis, colibacilosis, aspergilosis, chasquido y ascitis, problemas de patas (necrosis de la cabeza de fémur), lesiones en almohadilla plantar, quemaduras de tarso y ampollas de pechuga.
Considerar la densidad permite asegurar que el número de pollos por metro cuadrado de superficie esté acorde a las
condiciones del galpón, al igual que el número de platos y niples disponibles (60-70 pollos por plato y 12 pollos por niple).
El mismo principio se aplica para galpones convencionales con tolvas y bebederos lineales.

Es necesario revisar la cama ya que si se encuentra húmeda y apelmazada contribuye a la aparición de lesiones en la almohadilla plantar, quemaduras de tarso y ampollas de pechuga, aumenta el nivel de amoníaco en ambiente y sus efectos secundarios. A su vez, camas extremadamente húmedas son caldo de cultivo para la aparición de enfermedades como coccidiosis y colibacilosis. La proliferación de hongos en ambientes húmedos, tanto en alimento como en implementos, da lugar a intoxicaciones de severidad variable.En cuanto a las variables ambientales es necesario controlar la temperatura y humedad del ambiente, la humedad y pH de la cama, los niveles de amoníaco, y la velocidad de circulación de aire.

El control de la temperatura es importante para evitar extremos (frío y calor) que puedan provocar enfermedades en las aves e incluso mortandad por hacinamiento. La humedad excesiva en el ambiente, dificulta entre otras cosas, la termorregulación de los pollos, lo cual durante el verano es particularmente grave ya que los pollos no pueden eliminar todo el calor que necesitan.
El exceso de humedad en la cama además de participar en la presentación de lesiones, resulta incómodo para el descanso de las aves repercutiendo en su crecimiento. Por otra parte, camas húmedas mezcladas con las deyecciones de los pollos elevan el pH de la cama, favoreciendo la liberación de amoníaco hacia el ambiente.

Niveles elevados de amoníaco derivan en lesiones de piel y ojos al extremo de provocar ceguera en pollitos bebés, con el consiguiente estrés y reducción de la producción. Por su parte, la irritación que provoca en las vías respiratorias abre la puerta a la aparición enfermedades y efectos secundarios como chasquido y ascitis.

Es fundamental entonces controlar la velocidad de circulación de aire para permitir que se renueve adecuadamente, reduzca el calor, el polvillo ambiental, la humedad y los niveles de amoníaco y ayude así a evitar la presentación de enfermedades oculares y respiratorias.Por último y no menor, son las evaluaciones del comportamiento de las aves. Será valiosa la observación que podamos hacer sobre indicadores de:

  • Frustración, que se hace visible con la aparición de canibalismo, picaje e histeria.
  • Ansiedad o miedo que se manifiestan con aves alertas, vigilantes y reactivas que tendrán respuestas exageradas a situaciones simples como la caída de algún objeto, un corte de luz o un ruido extraño.
  • Exceso o ausencia de sensibilidad a los estímulos externos, que derivan en alteraciones de parámetros fisiológicos, o analgesia ante situaciones de dolor.
  • Aburrimiento y depresión, que se expresan como secuencias de movimientos repetidos sin ningún objetivo (por ejemplo picar los comederos sin cesar).

HERRAMIENTA PARA EL MONITOREO DE VARIABLES DE CRIANZA

Hemos desarrollado un test de autoevaluación sencillo como aporte para los productores que quieran conocer las condiciones de bienestar de sus galpones y puedan detectar puntos críticos que le ayuden a reducir pérdidas innecesarias y mejorar los resultados económicos de la granja.

Si logramos revisar y controlar frecuentemente estos aspectos aseguramos que la crianza sea óptima tanto en lo económico-productivo como en lo ético, y esto garantizará que el producto que obtengamos sea de buena calidad en materia de inocuidad y seguridad alimentaria.

Vet Marcela Menichelli – Vet. Eliana Gallard – INTA Reconquista

Fuente: inta.gob.ar

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