En 2019, bien las exportaciones y el consumo interno atado a los salarios

De acuerdo a las estimaciones, las dos granjas de producción intensiva de cerdos (250 y 500 madres) de baja productividad que monitorea IERAL tuvieron márgenes netos de explotación negativos durante el 2018. Por cada kilo de capón que produjeron y comercializaron el año pasado perdieron en promedio $3,9 y $2,1 respectivamente (a precios constantes de diciembre 2018); nótese que estas granjas habían tenido resultados positivos en los dos años previos (2016 y 2017).

La situación difiere en las dos granjas de alta productividad, que pudieron sostener sus márgenes en terreno positivo ($2,5 y $3,8, promedio kilo, 250 y 500 madres), aunque con una fuerte caída respecto de aquellos logrados en los dos años previos. Si se compara contra 2017, el ajuste de márgenes fue de un 74% y de un 65% respectivamente, en este segmento de establecimientos, señala el trabajo de los investigadores Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti.

Los meses más críticos para las granjas habrían sido los del invierno (julio, agosto y setiembre). Durante ese período, se encuentran márgenes negativos incluso en las granjas más eficientes. Con la llegada de la primavera, los números de la actividad mejoran, observándose un cambio de tendencia. En efecto, el cuarto trimestre trajo buenas noticias, con ingresos que crecieron claramente por encima de los costos (17,4% vs 3,3%).

Dos partidas, no incorporadas en las estimaciones anteriores, complicaron aún más los números de las granjas: los saldos técnicos de IVA (a favor del contribuyente) y el costo financiero asociado al uso de capital de terceros.

Respecto a los saldos de IVA, éstos se habrían presentado a favor del contribuyente en distintas tipologías de granjas, aunque con mayor intensidad en aquellas de menor productividad y más dependientes del mercado para aprovisionarse del alimento. En los meses de invierno, estos saldos habrían sido más importantes, medidos en relación a los costos totales. De acuerdo a las estimaciones, una granja de 250 madres de baja productividad habría llegado a tener un saldo a favor de $2 por cada kilo vendido en setiembre de 2018, un monto equivalente al 5% de su costo de producción.

Con la recuperación de los márgenes observada hacia fines de año y con la entrada en vigencia de la baja del IVA en operaciones de compra venta de soja y derivados en enero de este año, la incidencia del problema del IVA habría disminuido, aunque los saldos negativos podrían continuar en algunos casos.

Lo que viene

Finalmente, existen algunos elementos para ser optimistas respecto de la situación del negocio en el 2019. La macroeconomía debería mejorar respecto del 2018; los salarios mantener o incluso mejorar su poder de compra, la inflación continuar su proceso de “normalización”, las tasas de interés bajar algunos peldaños y el tipo de cambio reducir su volatilidad. El consumo interno debiera fortalecerse respecto del año pasado, al igual que las exportaciones, señalan los investigadores en el trabajo.

Aquí es menester detenernos a realizar una reflexión: los ingresos de las familias muestran una pérdida en estos dos últimos años en torno al 20% y esto explica, junto a la imputación del aumento de las tarifas el enfriamiento de la demanda. Podemos pensar que la mesa de discusión salarial recompondrá en parte los ingresos de trabajadores y jubilados, motivado a su vez por tratarse de un año electoral, aunque las exigencias firmadas con los organismos internacionales de crédito no avizoran recomposiciones salariales que puedan hacer recuperar capacidad de compra. Con el agravante de que las expectativas inflacionarias para el presente año estarán en torno al 30%, elemento que roerá las mejoras conseguidas en las mesas de acuerdo de salarios.

En este sentido hay expectativas de crecimiento de envíos cárnicos al exterior, traccionada por la demanda china que, en buena parte dependerá del tono que tome el conflicto entre Washigton y Pekín. Esta semana el Concejo Nacional de Productores Porcinos de Estados Unidos aconsejó al gobierno chino a que rebaje los aranceles que se le impusieron a las carnes americanas y en su justificación expusieron sobre el impacto en la estructura de precios que tiene la carne de cerdo en la composición de la canasta alimentaria.

También puede jugar a favor de la actividad un cambio en el ciclo ganadero. En enero se tuvo un fuerte incremento de precios de hacienda, un factor que puede ser el disparador de un cambio del ciclo, del paso hacia una situación con menor liquidación de hembras y por ende menor oferta de carne al mercado interno, consigna el informe del Ieral.

El primer sustituto cárnico
En una semana donde el ganado en pie aumento y ese salto se observó en las carnicerías, los precios de los cortes de novillo comienzan a recuperar terreno en la búsqueda de los índices de rentabilidad histórica. El kilo de los cortes más cotizados pasaron la barrera de los $250 y diversos analistas los ubican pronto en torno a los $300, con lo que aparece una buena oportunidad para los productores porcícolas de capturar una parte de esa demanda que buscará en los cortes porcinos la primera opción.

Por último, si aún hubiera mejoría en la capacidad de consumo local habrá que ver qué parte de esa demanda no será satisfecha por el ingreso de cortes congelados colocados en góndola como carne fresca, como ha sido denunciado en este último año.

Osvaldo Iachetta/ Todocerdos

sobre un trabajo de Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti /Ieral

Fuente: http://todocerdos.com.ar

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